El respeto es como un espejo.
Si el otro encuentra que es respetado, te respetará también.
En "Rema tu propia canoa" B-P al hablar de la Buena Voluntad dice:
"Si no tienes miedo de las personas que conoces y no te disgustan, ellos tampoco tendrán sospechas o temor de tí y se inclinarán a ser tus amigos. Eso es lo que los Scouts encuentran en sus Jamborees Internacionales, cuando se reúnen con miles de scouts de otros países".
La primera hermandad que vive el scout es la de aquellos que comparten los mismos valores expresados en la Ley y la Promesa.
Esa hermandad trasciende las creencias religiosas de cada uno, su situación económica y social y, cuando empezamos a viajar y participamos de Campamentos y Jamborees, también trasciende lo local.
En "Escultismo para Muchachos" encontramos como se conjugan el respeto y el sentirse hermano de todos:
"El Scout respeta a los otros tal como son y saca de ello el mejor provecho posible... Si despreciáis a otros solamente porque pertenecen a hogares más pobres que el vuestro, sois unos jactansiosos. Si odiáis a otros porque nacieron más ricos que vosotros, sois unos tontos...Los Scouts de todas las partes del mundo son embajadores de buena voluntad que se dedican a hacer amigos echando por tierra las barreras de color, credo y clase social".
Aquel que cultiva en su corazón la semilla de la lealtad, la fidelidad, la cortesía, la generosidad y la solidaridad, como hemos visto previamente, es lógico que no sea indiferente frente al otro.
Baden-Powell eligió cuidadosamente estas virtudes a desarrollar porque todas llevan a la razón de ser del scout: la servicialidad y la bondad.
Ser hermano de todos, es mucho más que ser hermano solamente de los otros scouts. Ser hermano de todos es sentirse hermano de toda la Humanidad. Es decir, es reconocer que todos somos hijos de un mismo padre, más allá de las convicciones de fe de cada uno. Es una actitud de tolerar, ser paciente con el otro, respetar sus convicciones, ejercer la escucha atenta, esforzarse por ser empático y saber perdonar sin guardar rencor.
Espero que estas ideas sueltas les permitan iniciar una charla amable con su Consejo de Grupo o Equipo Distrital y reflexionar sobre cómo se va hilvanando el tejido que Baden-Powell presentó 100 años atrás.
Siempre listo, rodrigo
Rodrigo Gonzalez Cao
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