Hacer lo que es bueno
El concepto de bondad, junto con la servicialidad, son valores que Baden-Powell eligió para el Movimiento Scout.
La bondad, en el contexto más amplio de los valores del Movimiento Scout, se entiende como el resultado de vivir y poner en práctica la Ley y Promesa Scout.
Estos valores, al ser asumidos voluntariamente por el joven, se convierten en un código de vida personal y grupal que guía sus acciones y conductas.
Vivir la Ley Scout no es una simple obediencia a prohibiciones, ya que la Ley se presenta en diez proposiciones positivas que fomentan la internalización de un código de vida desafiante.
La adhesión y vivencia de estos valores interpelan las acciones de cada joven y animan al desarrollo de su carácter. Este proceso de autoeducación, basado en la experiencia y el aprendizaje por la acción, permite a cada joven aprehender e interiorizar los valores que lo acompañarán.
La bondad y la servicialidad están presentes en diferentes puntos de la Ley Scout, como por ejemplo:
+ Ser leal y digno de toda confianza.
+ Ser útil y ayudar al prójimo, lo cual es una expresión directa de la servicialidad y bondad que buscan las virtudes scout.
+ Amar y defender la vida y la naturaleza.
+ Ser puro/a y llevar una vida sana, un concepto amplio que incluye ser trabajador/a, prolijo/a y buscar amistades provechosas.
+ Ser económico/a, trabajador/a y respetuoso/a del bien ajeno, lo cual se vincula con la responsabilidad social y el cuidado de los bienes.
+ Ser hermano de todos.
Estos valores y las acciones que derivan de ellos son descritos como "valores prosociales", que son aspectos positivos que permiten fortalecer la autoestima y transmitir una sensación de bienestar.
La conducta empática y prosocial facilita el acercamiento al otro para acompañarlo en la toma de decisiones correctas para sí, los demás y su medio.
En esencia, la bondad y servicialidad impulsan a cada joven a ser servicial y a tener una influencia positiva en su entorno.
Los adultos educadores tienen la responsabilidad de transmitir esta educación en valores a través de su ejemplo personal, dando testimonio de una vida iluminada por estos principios. El objetivo final es formar personas de bien que contribuyan a la construcción de sociedades más justas y a la misión de "dejar el mundo un poco mejor".
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