La Ley Scout invita a asumir una escala de valores
La Ley Scout es el eje sobre el cual gira la vida scout.
Representa una escala de valores a la que los miembros del Movimiento Scout se adhieren voluntariamente al formular su Promesa Scout.
La Ley Scout no es una imposición, sino una proposición, una guía para las acciones que no prohíbe conductas, sino que fomenta la internalización de un código de vida desafiante. Consiste en proposiciones positivas.
Esta escala de valores expresa el modelo de persona y sociedad que busca el Movimiento Scout y sirve como referencia en el desarrollo subsiguiente del sistema de valores del joven.
La vivencia de estos valores interpela las acciones y conductas de los scouts, guía la toma de decisiones y anima al desarrollo del carácter.
Baden-Powell consideraba el compromiso con los valores como una guía para las acciones, no como una barrera contra las faltas.
La Ley Scout es un código de vida personal y colectivo que debe ser la base para planificar cada actividad, ayudando a los jóvenes a descubrir los valores en los que se basa el Movimiento.
Los valores del Movimiento Scout, expresados en la Ley, siguen vigentes a pesar de las adaptaciones necesarias para reflejar la realidad actual.
Estos valores incluyen valores objetivos, éticos o universales, junto con otros más subjetivos, aunque todos reflejan la influencia del Fundador y la historia del Movimiento.
Son considerados "preciados" por la persona, dándole sentido a la existencia, identidad, rostro, nombre y carácter, y son fundamentales para la calidad, amplitud y profundidad de la vida personal.
La comprensión y la práctica de la Ley Scout son la base para la hermandad y la convivencia.
La evaluación y reflexión permiten identificar áreas de mejora y establecer metas para el crecimiento personal.
Los valores, como los expresados en la Promesa y Ley Scout, se transmiten fundamentalmente mediante el ejemplo personal y el testimonio de los adultos educadores.
Los jóvenes aprenden los valores relacionándose con los adultos y sus pares, observándolos cuando toman decisiones sobre qué valores asumir como propios.
Un síntoma del actual cambio de época es la ruptura entre el decálogo de valores de la Ley Scout y los mensajes que los jóvenes reciben a diario. A las familias, a la asociación y a la sociedad en general les cuesta encontrar caminos para encarnar coherentemente estos valores, lo que contribuye a la descomposición del tejido social.
El compromiso con el código de vida voluntario y positivo que representa la Ley Scout nos sirve como guía fundamental para la acción y el desarrollo del carácter en un contexto social complejo.
Puedes encontrar otras publicaciones sobre el Movimiento Scout en: https://scouts2012.blogspot.com/
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