Dilucidando algunos malentendidos sobre la Ley y la Promesa Scout

Pasando en limpio algunos conceptos que venimos trabajando sobre la Ley y la Promesa la primera cuestión que es necesario reiterar es que dichos textos han ido evolucionando a través de la centenaria vida del Movimiento Scout. 
En tal sentido si bien sostienen un decálogo inspirador de valores universales a partir del cual se estructura el optimismo pedagógico del Movimiento Scout, su redacción se adapta a cada tiempo, a cada asociación scout, a cada país y, principalmente a las necesidades e intereses de los jóvenes y de la sociedad en cada momento, en cada época y contexto.
Sin embargo, lo que ha permanecido incólume es su sentido educativo y ético.
Desde el punto de vista educativo remarcamos que la Ley y la Promesa son el eje alrededor del cual giran los elementos del Método Scout.
Desde el punto de vista ético, hoy en día hablar de una regla, de un “Código de Honor” o de una “Ley” puede parecerle, a algunos, algo pasado de moda. Para algunos, la única ley que cuenta es la de su propia expresión espontánea y personal. El Movimiento Scout considera que el juego scout se juega con reglas, no todo da lo mismo y no comparte el relativismo valórico en su propuesta.
En el otro extremo, visiones más estructuradas, conciben la Ley como un corsé, un conjunto de obligaciones estrictas que los niños deben cumplir bajo amenaza de un castigo, sanción o exclusión del grupo. Una utopía hipócrita de “niños modelo” de conducta perfecta donde la Ley puede usarse para excluir a aquel que “saca los pies del plato”.
Ninguno de estos extremos culturales preparan a los jóvenes para adoptar la Ley Scout como un código de vida y a la Promesa como un compromiso voluntario de hacer lo mejor que pueda para dar lo mejor de sí.
En su libro “Guía para el Jefe de Tropa” Baden-Powell nos dice:
“El muchacho no está gobernado por el NO HACER, pero sí por el HACER. La Ley Scout está desarrollada como una guía para sus acciones en lugar de una represión para sus fallas.”
En estos escritos, Baden-Powell frecuentemente denunciaba el peligro natural de reglas que prohíben o reprimen. No podemos comprender bien el sentido de la Ley y la Promesa Scout si ignoramos este aspecto esencial del pensamiento de nuestro Fundador. El Movimiento Scout no impone ni reprime: invita al joven a hacer un compromiso personal con su desarrollo personal.
En otra publicación que escribió en Headquarters’ Gazette en Octubre de 1913 Baden-Powell explicó que los métodos de formación son dos:

  • por educación: esto es “mostrándole a sí mismo” y dándole la oportunidad y la ambición de aprender de sí mismo, o
  • por instrucción: esto es imprimiendo conocimientos en el muchacho.

Lamentablemente el segundo método aún hoy es frecuentemente la regla. Sin embargo, la opción preferida del Movimiento Scout debiera ser la primera.
¡Esto no podría estar más claro! La Ley es una apelación positiva a ser mejor y a auto-desarrollarse y la Promesa es la respuesta del joven a esta apelación.
En el posteo próximo analizaremos cómo el participar de un juego con reglas no es imponer prohibiciones.

Siempre listo, rodrigo 

Rodrigo González Cao 

Link nota original, 2 de mayo de 2009: http://scouts2012.blogspot.com/2009/05/malentendidos-sobre-la-ley-y-la-promesa.html

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