Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente

En los posteos previos indicamos que, más allá del acento en determinadas actividades que ponga una determinada asociación scout, todas las adaptaciones a los programas deben basarse en los elementos que todos reconocemos como invariables: la Misión, el Propósito, los principios fundamentales y el Método Scout

Estos elementos se encuentran en el núcleo mismo de la identidad del Movimiento Scout y aseguran su unidad más allá de las adaptaciones necesarias para cada región, para cada asociación scout, para cada Grupo Scout, para cada grupo de jóvenes, para cada etapa de madurez de esos mismos jóvenes, para cada coyuntura local, etc.

Por otra parte, acordamos que, entender la propuesta del Movimiento Scout como un sistema educativo abierto es afirmar que somos un “movimiento en constante movimiento”, algo vivo que va respondiendo a la realidad y a sus integrantes y que no permanece ajeno y aislado de lo que pasa a su alrededor. 

Por eso decimos que cada asociación scout tiene la obligación (ante la sociedad y ante sus miembros) de actualizar periódicamente un programa para jóvenes, pero sin olvidar que debe basarse en los elementos fundamentales del Movimiento Scout y, asimismo, tomar en cuenta las necesidades y aspiraciones de a quienes convoca como protagonistas.

Por un lado, estas necesidades y aspiraciones varían en función del entorno sociocultural en el que los jóvenes viven y de la comunidad con la cual interactúan para construir un mundo mejor, por lo cual no es útil para una asociación el “copy & paste”, es decir, el copiar un programa desarrollado por otra asociación en un contexto diferente, lo que algunos hermanos scouts llaman “comprarse un enlatado” (un molde prefabricado que debiera funcionar bien en todos lados).

Por otra parte, esas necesidades y aspiraciones también tienen diferentes énfasis, algunos dirán que superficiales, que cambian de una generación a otra.

Hoy percibimos, o creemos percibir, que los cambios de la sociedad se dan periódicamente y de una manera acelerada. 

Sin embargo, si miramos con una mirada de águila la historia de los últimos 50 años, tal vez concluyamos que, con pequeñas variaciones, hay ciertas preguntas irresueltas que siempre vuelven a aflorar, tanto con respecto a la juventud como las que se hacen los mismos jóvenes.

Esta es la razón por la cual el programa del Movimiento Scout debe ser actualizado en forma regular, respetando los elementos fundamentales del Movimiento, sin esnobismos, sin cambiar por cambiar, sino con un sentido claro de cual es nuestro norte y, a partir de un proceso participativo de construcción compartida lo más amplio y abarcativo posible de todos los actores involucrados.

Hoy en este siglo XXI de la modernidad líquida que describiera Zygmunt Bauman (+) Zygmunt Bauman (+) transitamos un contexto RIPE (rápido, incierto, paradójico y entrelazado). Todo pasa a ritmo acelerado, sin embargo el rumbo no siempre es claro, y lo que parece que va para un lado, termina disparándose para otro y, en esa incertidumbre algo que parece ajeno y distante termina impactando de una u otra manera en esta cultura de la globalización como expresión del “efecto mariposa”.

Por lo tanto, si los cambios y adaptaciones del Programa de Jóvenes de las asociaciones scout son lentos y tardan mucho en concretarse, cuando se los quiera implementar, ya serán obsoletos porque habrán cambiado las necesidades y aspiraciones de los jóvenes a los que intentaban dar respuesta.

Por eso titulamos el posteo de hoy con la conocida frase popular: “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”.

Si nos quedamos en viejos esquemas que funcionaron muy bien cuando nosotros éramos niños y creemos que debieran también dar buenos resultados en el actual contexto, nos pasará la ola del tsunami por arriba. 

Sin embargo, recurriendo a otra frase histórica popular que algunos atribuyen a Napoleón, nunca es más actual el decir: “vestidme despacio, que voy de prisa”.

Porque si caemos en la trampa de apresurarnos ante la ansiedad de esos cambios veloces, y en ese apuro nos quedamos en lo superficial y no vamos al fondo de la cuestión, nos iremos al otro extremo y, como ya lo señaláramos previamente, los cambios bruscos, repentinos e impuestos desde las cúpulas de “craneotecas iluminados” que operan desde una zona de lucidez implacable detrás de un escritorio y con poca participación de los actores que implementarán el programa generan resistencias que bloquean y dificultan la implementación.

Para encontrar un equilibrio en la difícil tarea de desarrollo del programa existen diversas metodologías de actualización.

Además como veremos la semana próxima, no alcanza con un buen diseño si fallan la difusión o la implementación.


Siempre listo, rodrigo
Rodrigo Gonzalez Cao

(Disclaimer: Participo del Movimiento Scout desde Lobato y he transitado por diferentes asociaciones scouts en mi vida. Por eso aclaro al lector desprevenido que los artículos publicados son escritos a partir de mi experiencia scout personal y, al menos conscientemente, no es mi intención realizar juicios de valor o sentencias que pontifiquen a unos y descalifiquen a otros. La intención al compartirlos es que puedan ser interpretados por cada uno de forma personal y adaptados a la realidad y contexto de cada lector según su propia experiencia y la situación particular de la asociación scout en la cual participa. Pido disculpas de antemano si involuntariamente alguno se siente incómodo con alguna de las lecturas).

Nota original, 16 de octubre de 2010: https://scouts2012.blogspot.com/2010/10/cada-asociacion-nacional-tiene-la.html

(+) Si te interesa conocer un poco más sobre las ideas de Zygmunt Bauman podés leer alguno de sus libros, o empezar por alguna de estas entrevistas donde plantea alguna de sus posturas: https://elpais.com/cultura/2017/01/13/actualidad/1484325964_763316.html

Más material sobre el Programa de Jóvenes en el Movimiento Scout:


También en:

Comentarios