Pilares importantes de la participación juvenil en el Movimiento Scout

La participación de los jóvenes en el Movimiento Scout se fundamenta en varios pilares interconectados que buscan empoderarlos como protagonistas de su propio desarrollo y como ciudadanos activos y responsables. 

Estos pilares se basan en la pedagogía del Movimiento Scout, promoviendo un enfoque educativo integral y participativo.

Podemos reconocer como pilares importantes de la participación juvenil en el Movimiento Scout son:

  • El protagonismo juvenil: Los jóvenes son los actores principales en el Movimiento Scout. No son meros receptores de actividades diseñadas por adultos, sino que participan activamente en la selección, organización, ejecución y evaluación de sus actividades. Este protagonismo se manifiesta en la toma de decisiones, el liderazgo y la responsabilidad en la vida de grupo.
  • La pertenencia a pequeños grupos: Los jóvenes se organizan en pequeños grupos, como patrullas o equipos, que funcionan como unidades básicas de convivencia y aprendizaje. Estos grupos promueven la cooperación, el liderazgo, la responsabilidad y el sentido de pertenencia. Dentro de estos pequeños grupos, los jóvenes organizan su vida grupal, eligen sus actividades y trabajan juntos para alcanzar objetivos comunes.
  • La participación en órganos de cogobierno: Los jóvenes participan en los órganos de gobierno de sus secciones, como los Consejos y las Asambleas, donde toman decisiones sobre la vida del grupo y evalúan su progreso. Estos espacios les permiten experimentar el funcionamiento de las instituciones democráticas y desarrollar su sentido de ciudadanía. La participación en estos espacios es progresiva, adaptándose a la edad y madurez de cada joven.
  • El aprendizaje a través de la acción (Aprender Haciendo): la participación se aprende participando. El Movimiento Scout fomenta el aprendizaje a través de la experiencia directa y la participación activa. Los jóvenes aprenden haciendo y reflexionando sobre sus experiencias. Este enfoque práctico les permite desarrollar habilidades, descubrir sus capacidades y asumir responsabilidades.
  • El desarrollo de la ciudadanía activa: El Movimiento Scout busca formar ciudadanos activos y comprometidos con su comunidad. La participación en el Movimiento les permite desarrollar habilidades de liderazgo, cooperación y gestión de proyectos, preparándolos para asumir sus responsabilidades como ciudadanos.
  • La progresión personal: El Movimiento Scout promueve la progresión personal de cada joven, por medio de actividades que les ayudan a alcanzar su pleno potencial. Los objetivos educativos no son impuestos, sino que se incorporan al plan de adelanto personal mediante la vida de grupo, los esfuerzos por cumplir compromisos y la interacción con sus pares durante las evaluaciones colectivas. Esta progresión es un proceso continuo, que se da de manera natural a través de la participación en las actividades.
  • Los adultos como acompañantes: El Movimiento Scout es un movimiento de jóvenes apoyado por adultos, no un movimiento para jóvenes manejado por adultos. Los adultos, adecuadamente capacitados, juegan un rol de facilitadores y acompañantes. Su función es orientar a los jóvenes en su proceso de autoeducación, crear espacios de aprendizaje y estimular su desarrollo, sin desplazar su protagonismo.
  • La adhesión a una Promesa y una Ley: La Promesa y la Ley Scout constituyen un código de valores y principios que sirven como guía para la vida de los jóvenes. La adhesión voluntaria a estos principios fomenta el desarrollo de un sistema de valores personales, sociales y espirituales. La Ley Scout se traduce en reglas de grupo que promueven la responsabilidad, la participación en la toma de decisiones y el manejo de conflictos.
  • El marco simbólico: El Movimiento Scout utiliza símbolos, historias, ceremonias y tradiciones para crear un ambiente atractivo y significativo que alienta la participación de los jóvenes. Estos elementos ayudan a transmitir los valores y principios del Movimiento y a generar un sentido de pertenencia que los lleva a involucrarse en la gestión y toma de decisiones. El marco simbólico se adapta a cada grupo de edad, considerando sus intereses y nivel de comprensión.

Estos pilares, en conjunto, buscan crear un ambiente educativo en el que los jóvenes se desarrollen de manera integral, asumiendo el protagonismo de sus vidas y contribuyendo a la construcción de un mundo mejor.

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