El desafío de interpretar los signos de los tiempos

El desafío de interpretar los signos de los tiempos

Ante la percepción de cambios rápidos, inciertos, paradójicos y entrelazados que caracterizan al cambio de época el desafío para el Movimiento Scout es interpretar los signos de los tiempos.

Sin ánimo de agotar todos, en un esfuerzo por ser sintéticos, señalaremos algunas tendencias que caracterizan al cambio de época y, potencialmente, pueden incidir en las prácticas sociales en general y, específicamente, en el Movimiento Scout.

La mercantilización de las experienciasSer conscientes de nuestras convicciones para no aplicar al rol educativo del Movimiento Scout una teología de la prosperidad basada únicamente en el éxito económico, belleza física, liderazgo por “valores” (“la reserva moral de Occidente”). Es decir, un optimismo actitudinal desbocado y sin fundamento.

La virtualización del encuentro interpersonalLas culturas juveniles emergentes tienden a vivir su vida en un “universo virtualizado” conformado por plataformas digitales como Instagram, TikTok o Facebook. Las redes sociales se vuelven un interlocutor social de todas las dimensiones de la persona y la “educan” (otros dirían “domestican”) moldeando hábitos de vida, incluso en la sociabilización con otros, en la participación comunitaria y en la sensibilidad religiosa. El Movimiento Scout no debe perder la fortaleza de la educación por pares a través de la pertenencia a pequeños grupos (sistema de patrullas). Las actividades virtuales pueden ayudar a mantener los vínculos en un período acotado de restricciones sanitarias, pero no pueden reemplazar el valor educativo de la convivencia y las relaciones interpersonales en las actividades presenciales.

La instantaneidadLas redes sociales también crean una “nueva normalidad” de la inmediatez generando intolerancia a aquello que no provee satisfacción instantánea. Esta instantaneidad conspira contra la pausa y la quietud necesarios para la evaluación, reflexión y oración posteriores a la ejecución de las actividades del Programa de Jóvenes, erosionando la eficacia del hecho educativo y, principalmente, del desarrollo espiritual.

El sesgo de confirmaciónLa comunicación y la información sin sabiduría implica ciertos riesgos a los cuales las juventudes son expuestas. Un elemento que es alimentado por el algoritmo de las redes sociales es el filtrado de aquellas opiniones diferentes y la potenciación de las publicaciones con ideas similares a las propias. Esto a su vez se potencia con la opción de “bloquear” e invisibilizar a los otros que opinan distinto. Esta lógica crea una realidad con “anteojeras”, limitada y recortada, que potencia las auto convicciones y soslaya la riqueza de la diversidad. Al vivir cada vez más tiempo en la virtualidad y perder peso el encuentro interpersonal la persona se encapsula en una realidad edulcorada, sin análisis crítico y sin cuestionamiento de las propias convicciones, hecho que se desemboca en el auto aislamiento entre los “iguales” y la dificultad para comprender a los “otros” (“nosotros y ellos”, raíz del invidualismo, la apatía, la indiferencia y el fundamentalismo).

El fundamentalismo y el refugio en creencias extremas y desconectadas de la realidadEl auto aislamiento entre los “iguales”, la percepción de los “otros” como amenaza y el convencimiento de lo propio como “verdad absoluta” mina las posibilidades de diálogo, dinamita los puentes con los demás y abona el surgimiento de fundamentalismos y creencias extremistas que operan desconectadas de la realidad diversa que caracteriza a este cambio epocal. El aislamiento genera una falsa sensación de seguridad y certezas en un entorno impredecible, rápidamente cambiante y abrumadoramente paradójico.

El olvido de los valores humanos y la pérdida de sentido en un consumismo descontroladoLa pulsión por la instantaneidad e inmediatez, el encapsulamiento individualista en la satisfacción personal, la indiferencia hacia el diferente erosionan los valores que promueve la Ley Scout y exacerban el impulso hacia el consumismo descontrolado. La necesidad del sentido de pertenencia ya no se satisface por el construir junto a otros un mundo mejor enfrentando las dificultades y esfuerzos propios de esa empresa compartida, sino que se satisface con la instantaneidad de comprar el último par de zapatillas o el teléfono recién lanzado en el portal de comercio electrónico que me asegure la entrega más inmediata. Ese ritmo de consumo desbocado genera tensiones y ansiedades. 

En primer lugar, en un contexto de restricción del poder adquisitivo no hay cuenta bancaria ni tarjeta de crédito que permita satisfacer todas las pulsiones de compra, lo que lleva a endeudarse, a postergar otros consumos más necesarios o a obtenerlas por medios ilícitos. 

En segundo lugar, el daño a la “Casa Común” que genera la explotación masiva de recursos no renovables que alimentan dicha producción se acerca peligrosamente a un punto de no retorno y de agotamiento del entorno.

La crítica a la simplicidad de los orígenesLos temores a lo diferente, la inseguridad en el espacio público, la necesidad de cada vez alejarse más para encontrar un lugar adecuado en el cual tomar contacto con la naturaleza ante la degradación de la “Casa Común” genera el surgimiento de un sinnúmero de regulaciones y prevenciones que complejizan la vivencia de la experiencia scout al aire libre. Lo mismo sucede, en el plano respectivo, cuando intentamos asociarnos junto a otros para encarar acciones de involucramiento comunitario que ayuden a dejar el mundo un poco mejor de cómo lo encontramos. El mensaje original de B-P está libre de referencias moralistas y pone su acento en gestos de fraternidad y servicio al otro. El perder de vista la simplicidad de los 8 elementos del Método Scout y enredarse en laberintos normativos de la experiencia scout aleja a los que quieren vivir un estilo de vida basado en el servicio, el compartir junto a otros y el desarrollar habilidades para la vida.

El surgimiento de tres actores sociales protagonistas: las mujeres, las juventudes y los excluidos: Baden-Powell propone su libro “Escultismo para muchachos” (‘Scouting for boys’) como un manual de instrucción en buena ciudadanía. El ejercicio de la ciudadanía activa requiere del Movimiento Scout que la construcción de un mundo mejor sea a través de la participación comunitaria actuando sobre las inequidades.

Las violencias derivadas del descontento social, la corrupción y la impunidad recaen más fuertemente sobre estos tres colectivos sociales.

La igualdad de oportunidades (entre hombres y mujeres, entre jóvenes y adultos, entre incluidos y marginados) y la escucha y aprendizaje deben ser parte del Programa de Jóvenes. 

La diversidad de las realidades juveniles vuelve muy complejo el hacer una caracterización sintética. 

El que concibe a las juventudes como un universo en decadencia, adormecido o apático no ha comprendido el optimismo pedagógico de Baden-Powell y, claramente, no tiene lugar con esa actitud en el Movimiento Scout.

El comprender la nueva fragilidad afectiva, la educación de la sexualidad, la tolerancia hacia las más diversas formas de preferencia sexual, la diversidad son modos de salir a la periferia de la experiencia con las juventudes en el actual “cambio de época”. El Movimiento Scout invita a incluir las cuestiones asociadas al “género” en el marco del ODS 5 y ha producido herramientas para ello.

Siempre listo, rodrigo

Rodrigo González Cao

Disclaimer - Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresados en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la opinión oficial de ninguna asociación scout. Para evitar malentendidos aclaro, en consecuencia, que la presente es mi opinión personal y que actualmente no estoy afiliado a ninguna asociación scout puntual y las ideas que expreso solamente me representan a mí, no intentando arrogarme la representación de nadie más. Comencé a participar del Movimiento Scout desde que era Lobato con 10 años y en este tiempo he transitado por diferentes asociaciones scouts. Hoy tengo 50 y trato de compartir mi visión e intercambiar respetuosamente pareceres con quienes quieran hacerlo en buenos términos y sin hablar despectivamente del otro. Por eso aclaro al lector desprevenido que las opiniones publicadas son escritas a partir de mi experiencia scout personal y, al menos conscientemente, no es mi intención realizar juicios de valor o sentencias que pontifiquen a unos y descalifiquen a otros. Agradeciendo recíprocamente la misma intencionalidad de todo aquel que desee iniciar un intercambio de ideas sobre ellos, los invito a expresarse con el mismo en los comentarios habilitados en las redes sociales en las cuales participo. La intención al compartir estas ideas es que puedan ser interpretadas por cada uno de forma personal y adaptadas a la realidad y contexto de cada lector según su propia experiencia y la situación particular de la asociación scout en la cual participa. Pido disculpas de antemano si involuntariamente alguno se siente incómodo con alguna de las lecturas, sepa que no ha sido mi intención incomodar a nadie.

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