¿Limitamos la ciudadanía en nuestros Grupos Scouts?

Desde nuestros proyectos y empresas en el Grupo Scout podemos enfrentarnos a distintas formas de limitaciones de la ciudadanía, una de ellas es la "denegación de la ciudadanía".

¿Qué es la "denegación de la ciudadanía"?

La ciudadanía denegada es cuando se nos niega la posibilidad práctica de ejercer ciudadanía.

Esa situación se puede dar tanto en la comunidad donde vivimos como puertas adentro del Grupo Scout.
Puede ser por discriminación, por ausencia de espacios de participación en nuestro Grupo (o en los organismos de rama) y, también porque no podemos acceder a la información y el conocimiento necesarios para ejercer la ciudadanía.

Las limitaciones para acceder a esa información y conocimientos a veces son por "peajes" en la información que nos llega (las novedades quedan guardadas en algún cajón), pero otras veces se debe a que la información está en un lenguaje difícil que no manejamos.

¿Cómo recuperamos la ciudadanía que nos es denegada?

En los proyectos y empresas de nuestros Grupos Scouts debemos promover que se valore la diversidad cultural porque a veces, la "cultura dominante" desprecia a las "culturas minoritarias".

En lo interno del Grupo, alguna vez hemos visto que cuando se integran nuevos jóvenes a una sección, los que estaban "de antes" les hacen "pagar el derecho de piso". A estos "nuevos" se les deniega su ciudadanía.

La Carta de Marcha, la Carta de Comunidad, la Ley Scout... normas de convivencia para superar las limitaciones

Un primer paso para superar estas actitudes es acordar "Normas de convivencia" (como la "Carta de Comunidad" en la Rama Rovers o la "Carta de Marcha" en la Rama Caminantes) que promueva esta tolerancia en la práctica, eliminando la exclusión por discriminación; y asegurando la transmisión de los conocimientos para ejercer su ciudadanía, sin "cláusulas secretas" que sólo pueden conocer los que han realizado determinada ceremonia.

¿Y hacia afuera? ¿En nuestra relación con la comunidad más cercana?

Para empezar es necesario volver a las fuentes.
Cuando releemos los libros de Baden-Powell descubrimos el concepto de "ciudadanía activa", concepto que, con el pasar de los años, fue tergiversado por sucesivas traducciones (malas traducciones) de sus libros y por supuestos "libros complementarios" como las publicaciones de Gilcraft, que definitivamente trastocaron los conceptos originales del fundador del Movimiento Scout.

Ese giro no fue accidental, hay que interpretarlo en el contexto de los últimos 70 años y las tensiones entre democracia y fascismo y, posteriormente la "Guerra Fría" y el temor al avance del comunismo en las asociaciones scouts occidentales.

Todos tenemos presentes que el pivot que articula el Método Scout es la Ley Scout y el compromiso de llevar a la práctica diariamente, en cuanto de mí dependa, a través de la Promesa Scout.

El concepto de Patria que Baden-Powell transmite en sus primeras ediciones se relaciona con la ciudadanía activa y cómo el Scout participa responsablemente de su comunidad para dejar el mundo un poco mejor, interactuando activamente con los otros. En tal sentido, B-P habla de Patria en el sentido de Patria lo ligado a lo común que compartimos con quienes componen nuestra nación, como una identidad y un sentido de pertenencia a un pueblo, los afectos entre quienes convivimos en ese espacio en el cual estudiamos, trabajamos y, en definitiva construimos junto con otros.

Frente a las amenazas externas antes mencionadas (fascismo, comunismo) en el discurso de muchas asociaciones scouts dicho concepto de Patria fue virando hacia el ser un "ciudadano pasivo", un espectador que se limita a cumplir las leyes y acatar lo que las autoridades impongan.

De aquí el artículo de la Ley Scout redactado como "obedece sin réplicas" que subsistió en nuestras asociaciones por varias décadas en dichos períodos.

El obedecer sin réplicas y el "no te metas" trasladaron el objetivo de la ciudadanía activa hacia un mero "hacer cosas buenas", es decir, juntar ropa para los "pobres" (pero no hacer nada por cambiar su realidad), ayudar a cortar el trànsito en los actos cívicos o religiosos del barrio, ayudar a la anciana a cruzar la calle o armar un refugio para pajaritos en la plaza pública.

Pongo estos ejemplos, un tanto caricaturescos, con el objetivo de poner en evidencia hacia donde giró el concepto original de la ciudadanía activa e incentivar la mirada crítica para que revisemos ciertas prácticas que damos por habituales.

Queda aún mucho por decir, pero dejo un inicio para retomar en futuros posteos: consecuencia de todo ese viraje hacia el discurso y el ser espectadores en lugar de participantes activos es el diseño que le hemos dado a los espacios de participación de los jóvenes.

¿Está bien que los Foros de Jóvenes se limiten a llamar a expertos que dan clases magistrales, sentarse horas a discutir cuestiones obvias y quedarnos con la conciencia tranquila porque hicimos un par de recomendaciones que luego nadie se ocupa de llevar a la práctica?

¿Es eso construir "ciudadanía activa"?

Todavía hay mucho más para pensar desde nuestras prácticas educativas, pero la seguimos en próximas entradas del blog.

Siempre listo, rodrigo
Rodrigo González Cao

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