A través del juego podemos experimentar la realidad

Como mencionamos en el posteo anterior, a través del juego podemos experimentar la realidad.

Cuando realicé mis primeros cursos de formación para dirigente scout no siempre las ofertas de experiencias formativas eran cerca de casa. Recuerdo que en una oportunidad me tuve que levantar muy temprano y tomar una combinación de buses, trenes, buses y caminatas para llegar, en una mañana fría y gris a una escuela alejada del conurbano.

La jornada transcurrió en un ambiente muy agradable y de hermandad y, a media tarde, cuando el equipo de formadores estaba por comenzar una sesión sobre el Método Scout nos invitó a salir a una especie de "balcón" del primer piso y observar hacia abajo una actividad que desarrollaba la Manada de dicho Grupo Scout.

Los Lobatos habían formado por seisenas y corrían a través del patio hasta una mesa donde los Viejos Lobos le pedían a cada niño que cumpliera una prueba. Cada uno que la superaba se conseguía una cinta de color que se llevaba y regresar a pasarle la posta al siguiente compañero de seisena. Al final, quien más juntaba ganaba una recompensa.

Al regresar al aula escribimos en un pizarrón que elementos habíamos observado en dicho juego. Claramente habíamos observado la existencia de reglas, de acción, de asociarse para lograr un objetivo, etc.

La conclusión fue que el juego optimiza las oportunidades de:
  • experimentar,
  • aventurar,
  • imaginar,
  • soñar,
  • proyectar,
  • construir,
  • crear y
  • recrear la realidad.
El juego genera una ocasión de aprendizaje significativo que el Método Scout privilegia como un espacio de experiencias donde el joven es actor protagónico.

La educación a través del juego, que facilita la integración de los jóvenes con los demás, les permite el conocimiento de sus aptitudes y motiva su interés por explorar, aventurar y descubrir.

En el juego el joven puede desempeñar papeles diversos, descubrir reglas, asociarse con otros, asumir responsabilidades, medir fuerzas, disfrutar triunfos, aprender a perder y evaluar sus aciertos y errores.

Es decir, vive todos y cada uno de los elementos del Método Scout.

El juego no tiene edad, ni es algo privativo de los niños. Todas las experiencias antes referidas (roles, reglas, asociación, responsabilidades,etc.) son muy provechosas en una etapa de formación de la identidad.

Siempre listo, rodrigo

Rodrigo Gonzalez Cao

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