Aprender sobre la naturaleza


En la entrada previa hemos destacado que en la naturaleza aprendemos sobre nuestras capacidades y límites y, que en ese espacio pedagógico privilegiado, el Movimiento Scout encuentra un espacio ideal para la reflexión, proponiendo la descubierta de lugares que muchos jóvenes no pueden explorar por su cuenta.

La mayoría de los jóvenes tienen clases de geografía y biología en la escuela pero, cómo hemos visto, en el Movimiento Scout, el aprender sobre la naturaleza no reproduce las clases escolares, ni tampoco propone actividades a modo de trabajo práctico que complemente la teoría de los libros. 

Es decir, en el Movimiento Scout no se acumulan conocimientos como un fin en si mismo sino que las actividades sobre la naturaleza combinan el conocimiento y las habilidades basadas en los intereses de los jóvenes, con la contribución al desarrollo de actitudes.

Por ejemplo, el poder distinguir entre las huellas de un chancho suelto por el campo y un falso “oso” (que solamente existía en la imaginación) le fue útil a una patrulla para calmar a los novatos y poner a resguardo la comida de la alacena, mientras que la otra patrulla que dejó sus alimentos al alcance, ¡perdió la cena de ese día! 

El aprender a construir un refugio vivac con ramas despierta el interés de los jóvenes y aprender ciertas habilidades básicas y sus herramientas junto a su pequeño grupo ofrecerá a los jóvenes oportunidades de progresar hacia los objetivos educativos del Movimiento Scout.


Siempre listo, rodrigo
Rodrigo Gonzalez Cao



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