¿De dónde vienen los scouts? (2)


La semana pasada recordamos una frase que escribió Baden-Powell en su libro “Guía para el Jefe de Tropa”:
... el Movimiento Scout no es una ciencia abstracta o difícil: es un juego divertido, si lo encaremos como debe ser. Al mismo tiempo, es educación, y tiende a beneficiar tanto a los que dan como a los que la reciben.
Es decir, es un juego divertido y es educación.
Su éxito no consiste en reunir a 30 millones de jóvenes a nivel mundial, ni tampoco el creciente número en cada país.
Su éxito es la habilidad para influir la personalidad de cada joven de forma indeleble, de modo que cada uno contagie a otros un gusto supremo de la vida.

El Movimiento Scout busca construir un mundo mejor, es decir, proyecta y (re) produce su influencia a nivel mundial hacia el futuro a través de tres vectores:
  • el alentar a los jóvenes a encontrar lo que buscan,
  • el deseo de actuar contemplando el interés de todos y,
  • la esperanza optimista en el futuro: Una tarea reservada a los voluntarios adultos de proporcionar a los jóvenes herramientas de "autogobierno".
Como sabemos, el Movimiento Scout propone una dimensión plurirrelacional del “yo”:
  • El principio personal - la relación con uno mismo;
  • El principio social - la relación con los demás;
  • El principio del medio ambiente - la relación con la naturaleza;
  • El principio espiritual – la relación con Dios (o lo trascendente).
Como hemos visto previamente el Método Scout también se puede definir como un sistema de auto-educación progresiva basado en:
  • Una promesa y una ley,
  • Una educación para la acción,
  • Pertenencia a pequeños grupos,
  • Una gestión participativa con la guía de adultos que alientan y acompañan y,
  • Programas progresivos y atractivos basados en actividades centradas en los intereses de los jóvenes.
Todo ello se desarrolla en un ambiente lúdico, participativo y al aire libre en contacto con la naturaleza.
Siempre listo, rodrigo
Rodrigo Gonzalez Cao

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