EL ASESORAMIENTO EN LA TAREA DE ANIMACIÓN TERRITORIAL DE PROGRAMA DE JÓVENES

El Asistente de Programa en su tarea de Animación Territorial del Programa de Jóvenes ejerce el asesoramiento como un intercambio de información con los educadores del territorio para mejorar el desempeño de éstos. 


Sugerimos que esta relación de asesoramiento se exprese en un acuerdo entre ambas partes en el cual se expliciten ciertas reglas mínimas que garanticen un buen asesoramiento. A dicho acuerdo lo llamaremos el “contrato de la animación territorial”.

El éxito del asesoramiento parte de la base de que los actores del territorio reconozcan en el Animador Territorial de Programa que éste tiene las competencias necesarias para asesorarlos (experiencias, saberes,información).

Sin embargo, para que la mochila no parezca tan pesada, aclaramos que esto no quiere decir que tiene todas las respuestas, pero si la capacidad de orientar, indicar la consulta a otros especialistas, recomendar material bibliográfico o la capacitación pertinente.

El asesoramiento implica tareas a realizar por el asesor y el asesorado donde la responsabilidad es compartida e involucra a ambos de distintas maneras.

Si bien no proponemos un formato formal de “contrato” por escrito, sería altamente deseable ponerse de acuerdo entre el Animador Territorial y el asesorado respecto de:
  • El período que abarcará
  • los compromisos que asume cada parte
  • los objetivos de la asistencia
  • las acciones que se realizarán
Para asegurarnos el éxito del asesoramiento debemos evitar:
  • Poner el acento en aspectos personales, incluso en términos de agradables o desagradables, en lugar del desempeño en la tarea,
  • Señalar exclusivamente problemas, dificultades o debilidades, en lugar de destacar también los logros,
  • Formular críticas sin proponer o sugerir ideas que permitan superar o modificar las situaciones problemáticas,
  • Eludir los temas problemáticos, desestimando la capacidad de percepción del supervisado. Si esta situación se producen en repetidas ocasiones, termina por invalidar el proceso de supervisión,
  • Hablar de aspectos generales, ideales y no abordar cuestiones operativas y prácticas,
  • Favorecer una situación de dependencia por parte de los supervisados, quienes sólo pide “recetas” al supervisor.

Siempre listo, rodrigo

Rodrigo González Cao

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