EN LA CANCHA SE VEN LOS PINGOS!

Entramos en el último mes del año, tiempo de análisis y ponderación, llevamos publicando semanalmente, durante todo este año, diferentes posteos sobre nuestra tarea de Animación Territorial del Programa de Jóvenes, pero, ¿qué hacemos cuando entramos al territorio?
Algunas posibles cosas:
Primer Paso: Ver la realidad del territorio, esto es, hacer un diagnóstico, informe, o similar sobre lo que está pasando hoy en el lugar. Para esto es necesario visitar los Grupos Scouts. Luego, a partir de dicho diagnóstico, elaborar un listado de acciones prioritarias para despertar el Programa en el territorio.
Segundo Paso: Convocar a gente interesante, actores “referentes” del propio territorio. Estos voluntarios salen de los mismos Grupos Scouts o de las organizaciones de base, por eso, si no nos movemos, si no caminamos el territorio, terminamos cerrando el equipo al círculo de amigos o conocidos, dejando afuera, tal vez, a gente sumamente valiosa. Algunas oportunidades para conocer gentes interesante son generar una jornada de Capacitación en Programa para todos los interesados del territorio. Otra opción es organizar una periodización de reuniones (tal vez mensuales), con una temática, ya que reunirse por reunirse, a veces está bien, pero otras, satura y cansa a la gente. Dar a conocer públicamente los temas que se tratarán en cada reunión y llevarla a cabo en días y horarios en que puedan sumarse “oyentes” que estén interesados en acercarse, escuchar y, tal vez, al tomar confianza, empezar a opinar, para lugar participar cada vez de manera más directo.
Tercer Paso: Organizar junto con este equipo de trabajo, una serie de actividades novedosas, con el estilo propio de los Scouts, para sumar a más interesados a nuestro proyecto de Animación Territorial del Programa de Jóvenes. Al principio no es necesario que sean grandes encuentros, bien puede ser una serie de Talleres sobre aspectos “críticos” que saltaron en el diagnóstico, o generar documentos cortos que bajen a terreno las principales preocupaciones detectadas; o relatos cortos y sugerentes sobre experiencias exitosas en ese territorio u otro. (Todo esto no invalida la realización de un gran evento, si tienen los medios para hacerlo). La idea es movilizar a la gente y a las actitudes de los actores, hacia un nuevo estilo de animación. Un plan de trabajo, aunque sea un borrador rudimentario, es mejor que ninguno.
Cuarto Paso: No me olvido de los grupos!!!! Ahí es donde se cocina la torta. Podemos armar desde el primer paso un cuadro de visitas a los grupos. Y cumplirlo. Pero ojo, depende de nosotros cómo vamos a entablar la relación con esta gente y con el equipo territorial de Programa, y para esto tenemos que tener en claro cuál es el Estilo de Animación que nosotros pretendemos...
Conclusión: Sin duda, asumir las funciones de Animador Territorial de Programa supone una gran responsabilidad, pero se trata también de un reto muy atractivo porque abordamos lo que los ingleses denominan el “core business” o “actividad central” del Movimiento Scout y porque la actuación de cada uno puede marcar la diferencia.
Es interesante basarse en la propia experiencia y en la de los demás, explorar nuevas vías, descubrir nuevos conocimientos, comprobar la creatividad, intentar diferentes soluciones y esforzarse en actuar de la manera más eficaz posible. Todo esto no facilitará la tarea pero nos permitirá aumentar el alcance y el impacto de nuestra actuación, posibilitando que nuestro desempeño sea una efectiva colaboración a la educación que se les brinda a los niños, niñas y jóvenes scouts de nuestra Asociación.
Siempre listo, rodrigo
Rodrigo González Cao


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