A finales del siglo pasado vivimos en la Región Scout Interamericana un impulso sistemático de renovación del Programa de Jóvenes.
Ante dichos cambios fue puesta a prueba la relación entre “Formación” y “Programa” por la incorporación de “nuevos paradigmas” que cuestionan el poder de experto de muchos dirigentes institucionales, algunos considerados “vacas sagradas” del Scoutismo.
El planteo de la estrategia “MACPRO” y la consecuente implementación de los sucesivos Planes Regionales implicaban un enfoque integrador adonde tanto el programa como los recursos humanos debían trabajar coordinada e integralmente.
Así, para que dicha implementación fuera exitosa, se requería que ambas Direcciones Nacionales de Programa y de “Recursos Adultos” acordaran una implementación conjunta y a la par de los esfuerzos de aplicación.
Dicha convicción debía comenzar con la “difusión” o distribución (delivery) de los contenidos que se iban definiendo (las guías para dirigentes de rama).
Dicha información debía ser recibida por cada uno de los formadores, quienes eran parte de la cadena de transmisión, de la forma más rápida y clara posible para que tomaran contacto con los nuevos contenidos, se familiarizaron con ellos y los transmitieran adecuadamente en los espacios de capacitación.
Pero dicha transmisión no podía ser “oral” ni agotarse en un encuentro nacional de formadores, era necesario implementar un equipo de diseño y difusión y lograr un presupuesto “generoso” que permitiera entregar el nuevo material educativo, por lo menos a cada uno de los equipos de formación del país y a cada Grupo Scout.
El otro tema sobre el cual debía avanzarse en forma coordinada era la estrategia de actualización de los educadores scouts.
Para ello no había fórmulas mágicas y podía elegirse entre diferentes opciones.
La opción más conocida y probada en situaciones anteriores era el “efecto dominó”. Es decir, se iniciaba la difusión con uno o más seminarios de actualización dedicados exclusivamente a formadores y luego dichos participantes se convertían en replicadores para los educadores de su territorio.
Las dificultades que había presentado esta opción en ocasiones anteriores era que la información llegaba lentamente al territorio, que no todos los equipos territoriales de formación contaban con la misma fuerza y convocatoria para difundir el contenido y, principalmente, que en ocasiones la información llegaba recortada o distorsionada, a veces porque el replicador la acomodaba a sus ideas personales, otras porque no se lograba comprender el sentido de los cambios y, en contadas ocasiones, porque no se estaba de acuerdo y había resistencia al cambio.
Otra opción, que no había tenido tantas experiencias previas a nivel masivo en nuestra asociación scout era el modelo de impacto global.
A diferencia del anterior, se convocaba abiertamente a espacios amplios de actualización y difusión adonde tanto los educadores de jóvenes como los formadores podían acceder simultáneamente a los nuevos conceptos.
La manera más común de concretarlo era como un encuentro con una feria de talleres y así pudo implementarse en “El encuentro del Pueblo Libre” en Villa Allende (Córdoba) como en “Tierras Nuevas” en Ezeiza (Buenos Aires).
La idea era novedosa, pero las convocatorias no abarcaban a toda la “población” a la que se quería acceder y, siempre nos quedaba la impresión de que el tiempo había sido escaso para todo lo que se quería transmitir. El armado de dichos encuentros era costoso en tiempo, esfuerzos y recursos humanos y su realización se agotaba en un solo encuentro, limitando su alcance y conspirando contra su intención de impacto total.
Nadie discutía la mayor fluidez, democratización y velocidad en la difusión de la información, pero al final quedaba “sabor a poco”.
Finalmente, la realidad nos llevó a adoptar modelos mixtos de difusión que tomaban un poco de cada opción.
Sin embargo, no todo se agotaba allí, además de difundir los contenidos de las nuevas publicaciones, era necesario repensar algunos paradigmas que se transmitían en los espacios de capacitación.
Por ejemplo, introducir la utilización del ciclo de programa y la participación activa de los jóvenes en la selección de las actividades en reemplazo del modelo “cuasi-escolar” que se había extendido en los años ‘80 de planificación de actividades por parte del dirigente de rama.
Muchos desafíos aún se nos presentan en este trabajo conjunto de “métodos educativos”. Algunos de ellos son la definición de los criterios de seguimiento, un esquema de formación propio para Animadores Territoriales de Programa y su consecuente reconocimiento institucional, definir cuáles son los contenidos preferenciales para el perfeccionamiento continuo y los acuerdos sobre las competencias necesarias especialmente en el nivel de grupo.
Siempre listo, rodrigo
Rodrigo González Cao
Más material sobre el Programa de Jóvenes en el Movimiento Scout:
+ El Programa de Jóvenes en el Siglo 21: http://tinyurl.com/programa-de-jovenes-scouts
+ El Blog del Educador Scout: http://scouts2012.blogspot.com
+ La Biblioteca de Scouts2012 – recursos educativos: http://www.reocities.com/scouts2012
+ La Animación Territorial en Programa: http://tinyurl.com/animacionterritorialprograma
+ Las Convicciones Originales de Baden-Powell: http://tinyurl.com/conviccion-original-BP
+ La Intuición original de Baden-Powell: http://tinyurl.com/intuicion-original-BP
Más material sobre el Programa de Jóvenes en el Movimiento Scout:
+ El Programa de Jóvenes en el Siglo 21: http://tinyurl.com/programa-de-jovenes-scouts
+ El Blog del Educador Scout: http://scouts2012.blogspot.com
+ La Biblioteca de Scouts2012 – recursos educativos: http://www.reocities.com/scouts2012
+ La Animación Territorial en Programa: http://tinyurl.com/animacionterritorialprograma
+ Las Convicciones Originales de Baden-Powell: http://tinyurl.com/conviccion-original-BP
+ La Intuición original de Baden-Powell: http://tinyurl.com/intuicion-original-BP
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