#saltavioleta Los Scouts queremos tender puentes para construir un mundo mejor

#saltavioleta 

Para que nadie se sorprenda o se desvíe el sentido del posteo empiezo poniendo “en blanco sobre negro” desde qué lugar opino.

Ingresé al Movimiento Scout a los 10 años como Lobato en un Grupo Scout “Homogéneo en lo Religioso” patrocinado por la Arquidiócesis de Buenos Aires en la Parroquia Santa María (Grupo Scout Santa María) y en dicha comunidad de vida hice toda mi experiencia scout por varias décadas. Aunque debo reconocer que, en sentido amplio, mi experiencia scout reconoce un tiempo previo en el Batallón Nº1 “Manuel Belgrano” de los Exploradores Argentinos de Don Bosco que funciona en la Casa Salesiana “San Francisco de Sales”. 
No lo menciono para sacar “chapa” de años acumulados, sino para aclarar mis orígenes, mi formación en la Fe Católica y desde qué lugar opino.

Desde chico fui bendecido por la guía de incontables pastores que siempre nos alentaron a salir de la comodidad de la “baldosa” de cada Parroquia hacia la periferia (palabras del entonces Cardenal Bergoglio al cierre del Encuentro Arquidiocesano de Catequesis del año 2006 en el colegio “Manuel Belgrano”).

Y entonces empezamos a construir puentes, a llevar nuestro mensaje de “mejores ciudadanos” y “mejores cristianos” al barrio. A fin de cuentas ese es el espíritu del Oratorio Festivo de Don Bosco (1) y es el sentido de la ciudadanía activa que propone Baden-Powell a todos los que sentimos el compromiso de los Scouts en nuestro corazón.

Hace 20 años se concretó un camino de encuentro que reunió a quienes integrábamos la “Asociación de Scout de Argentina” (o también llamada I.N.S.A.) y la Unión Scouts Católicos Argentinos (U.S.C.A.), camino conjunto que nos enriqueció a todos los que aceptamos el desafío de la #unidadenladiversidad. Mucha agua corrió bajo el puente en estos 20 años. Hubo encuentros y desencuentros. Y de todos esos momentos, al menos yo he aprendido que no suma segregar o separar al que es “diferente”. Que el intercambio con el otro enriquece. Y lo aprendí tropezando al principio con intolerancias y muros, que, mirándolo hoy a la distancia, hubiera tratado de resolver con más diálogo y menos confrontación.
Por eso hoy, al igual que las 75.000 familias que participan de la actual asociación "Scouts de Argentina", escucho con una mezcla de asombro y de tristeza que quienes debieran tender esos puentes están evaluando "cortarse solos", levantando muros y afirmando que “se cortó la soga”. Al parecer no todos supimos entender las lecciones que debimos recoger de las crisis internas previas que sorteamos.

Ante todo, como nos enseñó Baden-Powell, el Fundador del Movimiento Scout, nada es imposible cuando un Scout se lo propone, dicho lo cual no me resigno a que no podamos convivir en la diversidad los jóvenes y adultos de los diferentes credos.

Aclarado ésto, es importante llevarle tranquilidad a quienes confían sus hijos a una opción educativa iniciada por el Perito Moreno hace más de 100 años en nuestro país. Por eso debe quedar bien claro que las afirmaciones que leemos en los diarios no se ajustan a lo que somos y proponemos los Scouts. 
Se dice que los Scouts abandonan "la educación por el amor", cuando en realidad la reafirma el compromiso de su Ley Scout (“Defiende y valora la familia”) porque están acogiendo a las nuevas formas de familias que cada día se acercan a más de 900 Grupos en todo el país... Si un pibe quiere ser Scout, ¿quién soy yo para juzgar a su familia? (parafraseando al Papa Francisco en la conferencia de prensa del vuelo de regreso de Río de Janeiro) (2)

En realidad, nuestra propuesta pedagógica ha venido a reconocer, luego de 20 años de inmutabilidad, que a nuestros Grupos Scouts se acercan jóvenes provenientes de las familias a las que se refiere el Papa Francisco en su exhortación apostólica post-sinodal Amoris laetitia (La alegría del amor). Es decir, familias de una sola mamá porque se quedó sola criando a sus pibes, otras donde un abuelo tomó a su cargo la crianza de los nietos, ensambladas y de los más diversos formatos. El pasado 25/05/2013 en una homilía en Santa Marta el Papa Francisco nos llamó la atención sobre aquellos que cierran las puertas de la Iglesia a la madre soltera que acude con su niño en busca del Bautismo (3)
Por eso una mayoría votó hablar de familias formadas por “personas”, en lugar de hablar solamente de familias formadas por un varón y una mujer. ¿Por qué se exagera esta cuestión hasta llegar a sostener que el Movimiento Scout hace una apología de visiones de género extremistas que conspiran contra las convicciones religiosas de algunas Iglesias cristianas?
Por otro lado, me cuesta imaginar cómo alguien puede creer que los Scouts promueven el aborto, cuando, en realidad, el compromiso de la Ley Scout es "Amar y defender la vida", concepto que además se apoya en el ordenamiento legal de nuestro país. Y, además, ese compromiso está reafirmado en la “Carta de los Scouts de Argentina”, el preámbulo de nuestro Proyecto Educativo.

Se dicen muchas cosas tergiversadas, y la “bola de nieve” crece minuto a minuto, alimentando una “sed de noticias” con afirmaciones que tienen poco fundamento y una gran dosis de desconocimiento (o una intención no clara).

Pero, en estos tiempos donde salen a la luz tantas “movidas ocultas” propias de las más rebuscadas “teorías de la conspiración”,  algunas toman ahora sentido releyendo posteos que conspicuos miembros o ex miembros de la asociación scout venían manifestando, otras son solamente rumores. Muchas tienen origen en heridas no cerradas y poco tienen que ver con los motivos que se manifiestan en las cartas publicadas. Sin embargo, lo que más me preocupa es lo que no se dice. 

Más allá de la carta que dio origen a este debate, ¿qué habrá detrás de esta movida de “segregarse” armando una Federación aparte? Además de desconocer los mecanismos democráticos institucionales, ¿qué busca el armar una nueva asociación “a medida”? ¿Se pretende inmovilizar el carácter dinámico del Movimiento? ¿Se busca digitar quiénes son los candidatos “potables”? ¿Es casual que una carta personal entre dos personas se haya viralizado más lejos de lo que su autor deseaba? ¿Hay un cuestionamiento a que nos ajustemos al ordenamiento legal de nuestro país? ¿Hay una intención de reinstalar posturas enfrentadas sobre la dignidad y los derechos de las personas? ¿Hay una intención de restarle espacio a la participación de los jóvenes en el proceso de toma de decisiones? ¿Es una “revancha” de ciertas personas mayores, que hicieron oportunamente un aporte muy valioso para llegar a la unidad de los scouts, pero que hoy no se resignan a dejar ese protagonismo en manos de los jóvenes?

En la carta se menciona que ya hay un grupo de obispos, pastores evangélicos y dirigentes scouts reuniéndose para armar una asociación aparte. ¿Quiénes son los que buscan separar y levantar muros en lugar de construir juntos la #unidadenladiversidad? Yo opino que no debiéramos ser los Scouts porque nosotros debemos promover el diálogo y el encuentro (y aclaro que lo terminamos entendiendo “a la fuerza” luego de vivir durante estos 20 años de convivencia varias crisis internas donde no supimos escucharnos, pasamos a valiosos dirigentes por la “picadora de carne” y expulsamos o dejamos sin lugar adonde desarrollarse a muchas personas que podían aportar un gran potencial). ¿Tan poco hemos aprendido de esas crisis tan traumáticas que oportunamente alejaron a dirigentes institucionales tan valiosos? ¿El ego de unos pocos adultos, que fueron “grandes glorias” en otras épocas está dispuesto a poner en marcha una “picadora de carne” que desplace el liderazgo juvenil y dinámico de las nuevas generaciones?

El mundo de hoy no es el mundo de hace 20 años. A nadie se le escapa que hoy vivimos en un mundo de incertidumbres, una realidad volátil y compleja, en una sociedad donde se exaltan las diferencias y se levantan muros para dejar afuera a los “diferentes”. Pero ante esa pulsión irracional a segregar y encerrarse, el Papa Francisco nos pidió a los Scouts en la Plaza de San Pedro: “construir puentes donde otros levantan muros” (4) y salir a su encuentro. 

Es decir, no caer en la trampa de encerrarnos en la falsa seguridad de quienes se rodean de “iguales” sino salir a las periferias al encuentro de los “diferentes”, no para “mimetizarnos” con ellos, sino para escucharlos, acompañarlos, llevarles la bondad de nuestro mensaje, es decir, en palabras de Baden-Powell, alcanzar la felicidad haciendo felices a los demás. Y con ese diálogo esperanzado, construir los puentes que nos señala el Papa Francisco (5).

¡Hoy se habla de una modificación del Proyecto Educativo como si se hubiera abierto una “Caja de Pandora” hacia un destino trágico de perversión animaloide descontrolada!

En esta sociedad que pide “mano dura” y quiere meter presos a los jóvenes, los Scouts sostenemos el optimismo pedagógico y, como dijo Baden-Powell, creemos que todos, aún el más bravo, tiene al menos un 5% de bondad y está en la raíz de esta maravillosa opción educativa hacer crecer ese porcentaje para lograr jóvenes responsables, solidarios, comprometidos, que ejerzan una ciudadanía activa. 
Baden-Powell  en su libro fundacional “Escultismo para Muchachos” presenta visionariamente hace más de 100 años atrás ese optimismo pedagógico donde cada joven puede desarrollar sus potencialidades para ser protagonista. Por eso le damos a la juventud un espacio donde, en un grupo de pares y con el acompañamiento de voluntarios adultos, se educan para la vida en el ejercicio de esa ciudadanía activa, desarrollando habilidades de cooperación con el objetivo de llegar a ser líderes sociales para construir un mundo mejor! (6)

Los Scouts creemos en el valor de la juventud y los alentamos a “hacer lío” como lo hizo el Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Somos un movimiento en movimiento, dinámico y transformador. No podemos quedarnos pétreamente definidos en conceptos que pudieron ser necesarios en una coyuntura pasada pero que hoy necesitan resignificarse.

Pero además de ser innovadores por naturaleza, somos un Movimiento de Jóvenes donde ellos se educan para la vida. Si queremos jóvenes solidarios, responsables, comprometidos con su comunidad y, ante todo, críticos ante los paradigmas que se imponen desde arriba, ¿cómo vamos a desconocer las decisiones de los jóvenes? Máxime si pacientemente se siguieron todas las instancias democráticas institucionales (hago esta aclaración porque ninguna propuesta “entró por la ventana”).

Formamos líderes sociales para el cambio, un liderazgo social transformador para construir un mundo mejor, cumpliendo el llamado, en el caso de los Scouts que confesamos la Fe Católica de los pronunciamientos de Puebla, Medellín, Santo Domingo y Aparecida y, en general, viviendo cada uno su profesión religiosa en la comunidad de Fe en la cual se congrega.

Nosotros estamos construyendo un mundo mejor, y lo hacemos con bajo perfil porque el Scout sirve y ayuda al prójimo sin esperar recompensa ni alabanza. No lo hacemos con grandes declaraciones en los medios, lo hacemos en silencio, en el territorio, en la comunidad cercana, aportando cada día nuestras “Buenas Acciones”, saliendo al encuentro del otro con valentía para que todos los que habitamos este bendito país podamos ejercer plenamente nuestra dignidad como personas. (7)  

La flor de lis violeta es el símbolo que representa hoy a casi 40 millones de Scouts en todo el mundo. Somos jóvenes de diferentes religiones, etnias, países y culturas unidos por los mismos ideales de servir al prójimo y dejar el mundo un poco mejor de cómo lo encontramos.

Hemos pasado previamente por otras crisis y estoy convencido que toda crisis es una oportunidad. Aprovechemos esta oportunidad de visibilidad social para hacer conocer todo lo valioso que hacemos los Scouts,  todo lo bueno que los Scouts pueden hacer para transformar nuestra sociedad.  
Tal vez sea tiempo de moverse, de empezar a comunicar con un poco más de fuerza todo eso que hacemos, sin perder por ello el hacerlo sin buscar alabanza. Como cantamos cada vez que nos reunimos en un campamento: “el que no salta, no es Scout”.

Justamente el hashtag #saltavioleta (por el color violeta de la Flor de Lis mundial) es una invitación a "saltar", a no quedarnos quietos ni callados, a salir al mundo con valentía, a ejercer esa ciudadanía activa, a hacernos visibles, tanto en las redes como en las calles.

Si decimos “Siempre listo” y salimos de nuestro silencio, las imprecisiones y falsedades que se han difundido contra los Scouts en los medios se verán diluidas por una gran ola de “Buenas Acciones”. Nos debemos esa visibilidad, se la debemos a la comunidad que nos apoya y, principalmente, se la debemos a cada entidad patrocinante que apoya a cada uno de los Grupos Scouts de todo el país. El Papa Francisco en la audiencia a los Scouts de noviembre de 2014 en el Aula Pablo VI nos animó, como Caminantes, a salir a abrir caminos con un rumbo, a no quedarnos quietos, ni tampoco ser errantes. (8)
Y aquí introduzco la última cuestión, en la referida carta, se traza un cronograma de pasos y plazos respecto de los Grupos que funcionan en parroquias para “segregarse” de la actual asociación scout, considerando fechas de campamentos, de vencimientos de seguros, etc. Claramente esos Grupos están en una “posición desventajosa”. Si vos funcionás “de prestado” en una parroquia y te ponen ante la disyuntiva de la “doble pertenencia”, ¿cómo te pensás que puede elegir libremente un dirigente que, ante todo, privilegia la continuidad de la educación de los jóvenes que le han confiado?

Finalmente, y para “sonreír y cantar ante las dificultades”, los que venimos haciendo nudos desde pibes, sabemos que un buen nudo de “vuelta de escota” es la solución más efectiva para unir dos sogas de diferente mena o grosor. Así que, si se cortó la soga, pido a Nuestra Señora, la que desata los nudos, devoción difundida entre nosotros por el Papa Francisco, que se mande un buen escota para unir la soga en donde se haya cortado.

No bajemos los brazos, hagamos sentir este mensaje de Paz y Esperanza, pero hagámoslo a través de la acción. 
Siempre listo, rodrigo

Rodrigo González Cao
P.D.: Si bien hace ya 10 años no participo activamente de la asociación “Scouts de Argentina”, trabajé desde mi Grupo y desde otras responsabilidades institucionales por su concreción, convencido de la potencialidad del encuentro entre todos los scouts. Por eso me sigo sintiendo parte de ella y me veo en la obligación de expresar a todos mi compromiso con la Ley Scout que hace 36 años atrás prometí cumplir, dado que “una vez scout, siempre scout”.

Para seguir entendiendo las fuentes que alimentan mis afirmaciones:


Más material sobre el Programa de Jóvenes en el Movimiento Scout:
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