Bajando la Ley Scout a la vivencia cotidiana en el Grupo Scout...

En los posteos previos hemos intentado explicar que la Ley Scout es simple, que se expresa en términos cotidianos y se refiere, a menudo, a cualidades o acciones, para que cada joven pueda entender lo que significa y pueda hacer lo mejor que pueda para reflejar estos valores en su vida diaria.

Como es un código de vida personal y colectivo, es la base ética y educativa a partir de la cual pensamos y ejecutamos cada actividad del Grupo Scout. Así esa invitación a descubrir los valores en los que se basa el Movimiento Scout se convierte además en marco de acuerdos.

Concretamente, la ley Scout se traduce en las reglas del grupo:

  • los derechos y deberes de cada miembro
  • el compartir las responsabilidades
  • la participación en el proceso de toma de decisiones
  • el manejo de conflictos

Por eso es tan importante que los jóvenes tengan una participación activa en establecer las reglas. Esta participación en la toma de decisiones irá creciendo en forma progresiva, en la medida apropiada a su edad, como veremos más adelante al referirnos a la “Estructura” dentro del elemento del Método que llamamos “programas progresivos y estimulantes de actividades…”.

Participar en la toma de decisiones y desarrollar habilidades de cooperar y liderar es lo que ayuda a comprender la ley Scout y, además es más fácil aceptar, e incluso hacer cumplir, aquellas reglas que uno mismo acordó.

Cuando fuimos presentando los valores de la Ley Scout en los posteos previos mencionamos el “saber obedecer, elegir y actuar con responsabilidad” y, en consecuencia, el asumir las consecuencias de las propias acciones. Por eso, cuando un joven rompe una regla, debe proponérsele que reflexione sobre las consecuencias que puede haber causado. El propósito no es hacer que el joven se sienta terrible sino que remedie la situación, si es posible, y que entienda las consecuencias de sus acciones.

En este sentido, la ley Scout es una herramienta educativa de evaluación, que le puede resultar útil al grupo para acordar lo que resultó bien o mal de las actividades y lo que podría mejorarse. De mi experiencia personal me atrevo a sugerir que, muchas veces, una actividad puede fallar no tanto por la planificación previa, sino por el compromiso puesto en juego por cada uno de los participantes al poner “manos a la obra”.

Siempre listo, rodrigo
Rodrigo González Cao

Link nota original, 12 de abril de 2009: https://scouts2012.blogspot.com/2009/04/como-se-vive-la-ley-en-el-grupo-scout.html

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