Los adultos guían y acompañan a los jóvenes en el Movimiento Scout

En el posteo anterior introdujimos el concepto del rol del voluntario adulto como educador scout como “hermano mayor” y a través de la analogía del “hombre-muchacho” que refiere Baden-Powell en su libro “Guía para el Jefe de Tropa”.

Si bien hemos enfatizado que los jóvenes deben ser protagonistas de la propuesta pedagógica del Movimiento Scout no debemos olvidar que la guía y acompañamiento de los adultos es uno de los elementos del Método Scout.

La guía de los adultos implica generar el espacio y la confianza para recrear una asociación voluntaria entre los dirigentes y los jóvenes, tanto personalmente como grupalmente.

En esta sociedad de jóvenes el rol del adulto es facilitar el proceso de auto-educación a través de la manera en que aplica el Propósito, los Principios y el Método del Movimiento Scout.

El apoyo brindado por los adultos en el Movimiento Scout es de una naturaleza distinta a otros tipos de apoyos que los adultos dan en la vida de los jóvenes, por ejemplo: padres, maestros de la escuela o el entrenador del equipo del club.

En cada caso las razones por las que el adulto y el joven están en contacto con el otro son diferentes, las metas son diferentes, la naturaleza del papel desempeñado es diferente, la relación afectiva es diferente y la interacción entre ambos es diferente.

En síntesis, la relación educativa es diferente.

Para facilitar el proceso de autoeducación, la relación educativa en el Movimiento Scout debe ser de una naturaleza diferente de la relación con los padres o con los maestros de la escuela.

Aunque el educador scout puede ser un padre de familia en su vida privada o un maestro de escuela en su vida profesional, cuando está trabajando con los Scouts en el Grupo no debe actuar como un sustituto de los padres ni los maestros, sino más bien como el “hermano mayor” y el “hombre-muchacho” como rescatamos en el posteo previo.

Siempre listo, rodrigo
Rodrigo González Cao

(Disclaimer: los artículos publicados son escritos a partir de la experiencia scout del autor y, al menos conscientemente, no encontrarás juicios de valor o sentencias que pontifiquen a unos y descalifiquen a otros. La intención al compartirlos es que puedan ser interpretados por cada uno de forma personal y adaptados a la realidad y contexto de cada lector según su propia experiencia y la situación particular de la asociación scout en la cual participa).
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