La formulación de la Promesa Scout en la nueva normalidad

Las restricciones sanitarias que nos ha impuesto la actual pandemia irrumpieron con fuerza en la planificación de actividades que cada sección educativa del Movimiento Scout tenía programadas con anticipación.
Ante este imprevisto los educadores scouts reaccionaron rápidamente atinando a mantener, ante todo, los vínculos con los jóvenes y entre ellos. 
Luego, a medida que el aislamiento y distanciamiento se prolongaron en el tiempo fueron surgiendo de parte de los jóvenes diferentes iniciativas. 
Y, más recientemente, muchos Scouts se fueron sumando a acciones concretas hacia la comunidad para construir un mundo mejor a través del ejercicio real y práctico de la ciudadanía activa.
Como en cada ciclo, en muchos lugares se sumaron nuevos participantes a la propuesta del Movimiento Scout y, en esos casos más de uno se ha preguntado cuándo es oportuno que un joven formule su Promesa Scout, su compromiso con los valores scouts.
La duda en algunos casos surge porque las actividades que han venido realizando son “atípicas”, o mejor dicho, diferentes a las que usualmente realizaban antes de la irrupción pandémica y, a raíz de ello, algunos se preguntan si un joven que quiere participar del Grupo Scout (o de la unidad educativa local en los lugares donde no se ha constituido un Grupo Scout) y manifiesta su interés de adherir a los valores que pregonamos está en condiciones de formular su Promesa Scout.
Lo primero que quisiera dejar en claro es que la formulación de la Promesa es independiente de una etapa de progresión.
En consecuencia más que requisitos o pruebas a superar lo que debiera pesar es, por un lado, el interés del joven por conocer de qué se trata el Movimiento Scout, a qué lo estamos invitando a sumarse, en qué consiste el compromiso que va a formular y, mínimamente qué se espera de él como parte de esta "Gran Juego".
En cada rama del Movimiento Scout la progresión personal consiste de varias etapas. Pero independientemente de ellas, el momento en el cual el joven formula su compromiso voluntario con el Movimiento Scout se expresa con un acto en el cual se compromete ante su comunidad cercana.
En dicho compromiso el joven promete hacer cuanto de él dependa, para cumplir sus deberes para con Dios, la Patria, con los demás y consigo mismo, ayudar al prójimo y vivir la Ley Scout.
Por eso es importante comprender que el momento de formular la Promesa no es una prueba que se deba pasar, sino que debe nacer de la convicción íntima de cada uno, de sentirse preparado para dar ese paso y de sentirse vinculado a la pequeña comunidad de la cual va a participar más activamente.
Simplemente, para poder hacer un compromiso verdaderamente voluntario, el joven debió tener la oportunidad previa de vivir la propuesta del Movimiento Scout en acción, querer compartir las tareas de su pequeño grupo (patrulla, equipo), entender la Ley Scout y cómo se traduce en "reglas del juego" para su vida y, finalmente, conversar con sus educadores scouts sobre las metas que se propone lograr.
Si eso lo han podido lograr en el marco de la nueva normalidad, pues bien, ¡bienvenido y adelante!
Si bien muchos animan a los jóvenes a "probar" el Movimiento Scout, es fundamental tener presente que en toda edad debe depender de cada uno la decisión de unirse al movimiento y de hacer su compromiso personal con el estilo de vida de los Scouts. Sea un niño pequeño en la Manada junto a los demás Lobatos, como si fuera un joven que es Rover.
Esto implica que también cada uno tiene derecho a decidir cuándo ingresar, cuándo salir o tomarse un tiempo y cuándo regresar. Muchas de estas decisiones no tendrán relación con el "calendario de actividades" del Grupo Scout, sino con otras cosas personales que le suceden a cada uno en su vida y lo que siente en su interior.
Esta convicción se apoya en la idea de que cada joven solamente progresará si la motivación para hacerlo viene de su interior.
La adhesión voluntaria es la base para que la motivación interna a ser artesano del propio desarrollo crezca y se mantenga viva, como el fuego que mantenemos en la noche de fógon mientras refresca y se consumen los leños. Si ese fuego sigue vivo en su corazón, no hay mucho más que decir. Pero también lo es la pertenencia a un pequeño grupo donde el joven comparte junto a otros pares y emprenden cosas en conjunto, valorando al otro y sintiendo que su ayuda es necesaria.
Crear una atmósfera mutuamente estimulante en este aspecto es el desafío principal de todo adulto que desarrolle su servicio de voluntariado en el Movimiento Scout.
Una vez formulada la Promesa Scout y asumido el compromiso de jugar el "Gran Juego", especialmente con su patrulla o equipo, es el momento en que su pequeño grupo interpele a cada joven si "hizo todo lo posible en cuanto de él dependía". 
Ese es el eje de la progresión personal. No hay ninguna prueba competitiva, ni tampoco ninguna clasificación jerárquica que haga un ranking de quién mejoró o empeoró.
Como fijó Baden-Powell hace más de 100 años la única competición es con uno mismo.
Esto, por un lado reduce el miedo a la comparación y el fracaso.
Pero principalmente estimula relaciones más profundas y auténticas ya que no debieran existir trasfondos de tensión creados por la competición.
Cuando el pequeño grupo se consolida su dinámica misma fomentará actitudes como la tolerancia, la solidaridad, la responsabilidad y el compromiso hacia el grupo y proporcionará autoestima y apoyo emocional.
El desarrollar las habilidades de cooperación y de liderazgo serán las dos columnas sobre las cuales se afianzará cada pequeño grupo (patrulla, equipo) y, en ese afianzamiento, surgirán las oportunidades de crecimiento y progresión personal de cada joven.
Así, en el óptimo de madurez grupal, cuando se establecen relaciones fuertes entre los jóvenes, surgen más oportunidades para cada persona de progresar.
Siempre listo, rodrigo
Rodrigo González Cao

(Disclaimer: Participo del Movimiento Scout desde Lobato y he transitado por diferentes asociaciones scouts en mi vida. Por eso aclaro al lector desprevenido que los artículos publicados son escritos a partir de mi experiencia scout personal y, al menos conscientemente, no es mi intención realizar juicios de valor o sentencias que pontifiquen a unos y descalifiquen a otros. La intención al compartirlos es que puedan ser interpretados por cada uno de forma personal y adaptados a la realidad y contexto de cada lector según su propia experiencia y la situación particular de la asociación scout en la cual participa. Pido disculpas de antemano si involuntariamente alguno se siente incómodo con alguna de las lecturas).

Nota original, 22 de julio de 2011: https://scouts2012.blogspot.com/2011/07/la-formulacion-de-la-promesa-es.html 

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