En El Eternauta la aventura no es un escape ni una hazaña superficial, sino una elección existencial: enfrentarse a situaciones límite con coraje y compromiso.
Los protagonistas no son figuras excepcionales, sino personas comunes que, ante la adversidad, se revelan a sí mismas.
El Eternauta encarna esa evolución y transformación de alguien que se arriesga y que, en un contexto de incertidumbre, vive sus ideas hasta las últimas consecuencias.
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