El vínculo con lo trascendente y la dimensión espiritual
El desarrollo espiritual está unido a los esfuerzos que cada joven hace para encontrar el sentido de su vida.
Implica comprender la herencia religiosa propia, descubrir la realidad espiritual que da sentido a la vida y sacar conclusiones para la vida diaria.
Desde temprana edad, cada joven se pregunta "¿De dónde vengo? ¿Quién soy? ¿Adónde voy?". Estas preguntas esenciales acompañan toda la vida, pero se plantean con fuerza entre los 11 y 21 años, etapa en la que el Movimiento Scout acompaña a cada joven en su descubrimiento de sí mismo, los demás y el mundo.
Para el Movimiento Scout la persona es vista como un todo, y su vocación hacia lo trascendente, la admiración ante el misterio y la búsqueda de Dios son elementos inseparables de su desarrollo integral.
Descubrir y encontrar a Dios posibilita el encuentro con los demás, materializado en actos de convivencia, abnegación y sacrificio; el amor a Dios se expresa en última instancia como amor a los demás.
La esperanza está arraigada en lo profundo del ser humano y es un anhelo de plenitud, vida lograda y de tocar lo grande que llena el corazón y eleva el espíritu hacia cosas grandes como la verdad, la bondad, la belleza, la justicia y el amor. Las actividades que promueven el desarrollo espiritual invitan a "explorar lo invisible".
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