En cada sección del Grupo Scout la Ley se convierte en la brújula de nuestras acciones

Como en todo juego con reglas, la Ley Scout no debe ser una referencia abstracta al llevar adelante cada actividad con tu sección o tu Grupo Scout, no es un cuadro viejo que quedó pegado en la pared del rincón de patrulla.
Para eso, para que tenga peso en la vida del grupo, las reglas de convivencia que se acuerden en el interior de cada sección deben basarse en la Ley Scout y la Promesa.
La vida de cualquier unidad, no importa la rama que sea, inevitablemente involucra conflictos. Los conflictos no son malos ni son signo de un grupo problemático, no debemos ocultar ni ignorar los conflictos, ya que son parte normal del desarrollo y crecimiento de cualquier grupo.
Sin embargo, para que su resolución sea educativa y nos permita crecer, sería altamente deseable que, al final de cada día de actividad (por ejemplo, al final de cada sábado) o al terminar una jornada de campamento, cada unidad debería tener el hábito de dedicar un tiempo a discutir las cuestiones importantes que han afectado a la vida de grupo.
Varias veces hemos dicho que acción, oración, reflexión y evaluación son momentos del mismo hecho educativo. 
Por eso, primero en consejos de patrulla o equipo y luego en la asamblea de unidad debieran plantearse, como disparador de la reflexión, preguntas del siguiente tenor:

  • ¿Cómo se ha sentido cada uno?
  • ¿Qué ha observado respecto del cumplimiento de compromisos y tareas asumidas?
  • ¿Cómo nos hemos comportado con los demás?

En esos breves momentos es posible que surjan cosas positivas y también negativas. Tal vez algunos no han cumplido sus tareas; puede ser que otro haya hecho trampa en un juego; o que un equipo no realizó una actividad comprometida porque no llegaron a ponerse de acuerdo.
Esta tendencia a destacar errores es común, pero los voluntarios adultos en nuestro rol de educadores debemos alentar el equilibrio. Seguramente también habrá un equipo que perseveró en su misión a pesar de las dificultades; una patrulla que descubrió en la práctica el significado de "el mayor protege al menor".
Si los dirigentes logran encauzar la discusión sin imponer sus visión, los jóvenes irán mejorando las reglas de convivencia sábado a sábado. Las reglas, si se basan en la Ley Scout, pueden ser discutidas, modificadas y acordadas por todos cada vez que sea necesario.
Así, si se vuelve un hábito para la unidad, el compromiso de vivir de acuerdo a la Ley que hicieron al formular su Promesa Scout se hará realidad casi sin darse cuenta.
Este camino que va desde aceptar las reglas del grupo hacia la adopción de valores compartidos es una progresión en el desarrollo personal y comunitario que se va dando paso a paso.
Siempre listo, rodrigo 

Rodrigo González Cao 

Link nota original, 17 de mayo de 2009: http://scouts2012.blogspot.com/2009/05/la-ley-termometro-de-la-vida-de-tu.html

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