Un trípode firme y bien asentado es lo que asegura una buena implementación del Programa de Jóvenes del Movimiento Scout

Los que alguna vez han intentado realizar construcciones con troncos y amarres en un campamento coincidirán conmigo en que un trípode es una de las formas más seguras y estables en las cuales se puede apoyar un armado, sea una mesa, un mangrullo o un puente para cruzar un arroyo. Pero para no terminar en el piso o caernos desde la altura el trípode debe ser firme y estar bien asentado en el terreno.

Cuando hablamos de la implementación y puesta en práctica del Programa de Jóvenes del Movimiento Scout, si me permiten la analogía, considero que también una de las formas más seguras y estables es apoyarnos en un buen trípode.

En este caso las tres “patas” serán las siguientes características:

  • Fidelidad - Se deben respetar los elementos fundamentales del Movimiento Scout (objetivos, principios y método) que mencionamos previamente y que aseguran la unidad en la diversidad.
  • Relevancia - A fuerza de sonar reiterativo, insistimos en la propuesta del Movimiento Scout debe responder a las necesidades y aspiraciones de los jóvenes contemporáneos en un país y región determinados. De ahí que como hemos remarcado, habrá características propias de los jóvenes que permanecerán igual a lo largo del tiempo, pero habrá otras inquietudes e intereses que serán propios del actual tiempo, del contexto en el cual desarrolla sus actividades cada Grupo Scout y de cada grupo humano.
  • Viabilidad - Al implementar el Programa de Jóvenes en el territorio debemos llegar con una propuesta adaptable y fácil de poner en práctica a nivel local con los recursos humanos y materiales con los cuales se cuenta en terreno.


Lamentablemente, alguna de estas características, a veces, es pasada por alto. Y, en consecuencia, la “semilla” no llega a sacar raíces profundas en el terreno, marchitándose los brotes que trabajosamente aparecen ante un cambio del equipo de educadores scouts o un pase de varios jóvenes a la rama siguiente.

En los más de cien años de historia del Movimiento Scout hubo oportunidades en las que se desarrollaron programas que eran teóricamente muy interesantes y atractivos para quienes los diseñaban detrás de un escritorio desde la Oficina Scout central o para algún observador externo que se admiraba de la calidad de impresión de ciertos manuales que parecían hechos por una editorial escolar importante. Sin embargo, en ciertas ocasiones, si faltó alguna de las patas del trípode, ese precioso diseño teórico al ser puesto en práctica en el terreno resultó demasiado rígido o difícil de aplicar.

Es preferible proponer un programa relativamente modesto, que pueda ser aplicado con éxito por una gran mayoría de los voluntarios adultos, en lugar de un programa muy ambicioso que solamente pueda ser llevado a cabo por unos pocos educadores scouts con mucha experiencia o por contados profesionales con una trayectoria académica adicional y externa al Movimiento Scout como pueden ser algunos dirigentes que en su vida laboral son docentes o pedagogos.

Complementariamente a ello, para garantizar el éxito en la implementación del Programa de Jóvenes las políticas asociativas deben estar estrechamente vinculados y las demás áreas de la institución deben funcionar como soporte y cadena de transmisión del “core business” del Movimiento Scout. Ese “core business” (la Misión del Movimiento Scout) muchas veces se confunde, diluye o distorsiona.

Llegados a este punto es bueno recordar que la Misión del Movimiento Scout es contribuir a la educación de los jóvenes a través de un sistema de valores basado en la Promesa y la Ley Scout, para ayudar a construir un mundo mejor donde las personas se desarrollen plenamente y jueguen un papel constructivo en la sociedad.

Como movimiento educativo a nivel mundial, el éxito del Movimiento Scout radica en su capacidad de combinar estos diferentes niveles. Niveles que se conectan desde la definición de los “elementos fundamentales” que todos compartimos más allá del país o la asociación scout en la cual te desempeñes a la ejecución del programa dentro de una comunidad local, de manera armoniosa y creativa con el objetivo de construir un mundo mejor y ejercer una ciudadanía activa a través de nuestras acciones.

La semana próxima veremos el importante rol que cumplen el Equipo Nacional de Programa y las estructuras de soporte y animación territorial que acompañan y animan todo este proceso.

Siempre listo, rodrigo
Rodrigo Gonzalez Cao

(Disclaimer: Participo del Movimiento Scout desde Lobato y he transitado por diferentes asociaciones scouts en mi vida. Por eso aclaro al lector desprevenido que los artículos publicados son escritos a partir de mi experiencia scout personal y, al menos conscientemente, no es mi intención realizar juicios de valor o sentencias que pontifiquen a unos y descalifiquen a otros. La intención al compartirlos es que puedan ser interpretados por cada uno de forma personal y adaptados a la realidad y contexto de cada lector según su propia experiencia y la situación particular de la asociación scout en la cual participa. Pido disculpas de antemano si involuntariamente alguno se siente incómodo con alguna de las lecturas).

Nota original, 29 de octubre de 2010: http://scouts2012.blogspot.com/2010/10/tres-principios-para-la-implementacion.html

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